miércoles, 26 de abril de 2017

El medico familiar, especialista en el manejo de la incertidumbre en un contexto ambulatorio

Artículo de:
El vigía (Carta de un Médico de Familia)

Como médico de atención primaria, trato de traducir la incertidumbre.  
La vida, es tumultuosa e impredecible. Manejar ese caos es mi especialidad.
Después de 25 años de práctica constante, me especializo en el arte de la incertidumbre. Por supuesto, no a un punto de seguridad absoluta, el día en que deje de aprender, la experiencia comenzará a servir menos. Pero, al igual que miles de colegas de atención primaria, en eso soy bueno.
Conozco a mis pacientes desde hace años, eso es clave en mi trabajo.
Si mil personas con fiebre, cansancio, dolor, preocupación, mareos o náuseas me consultan, puedo tamizar con buena precisión, seguridad, rapidez y costo efectividad esos datos mejor que cualquier otro especialista de la salud.
Todas estas grandes afirmaciones se basan en una condición previa subyacente: conocer el manejo de la incertidumbre.
A pesar de mi entrenamiento en mil posibles intervenciones médicas, mi dominio es saber cuándo no intervenir.
Esto no se comprende en los estudiantes y futuros médicos que son entrenados por especialistas que enseñan que la incertidumbre es un enemigo a ser derrotado tan pronto como sea posible pidiendo estudios, consultas con otros especialistas y tratando tempranamente con muchos medicamentos. Eliminarla a cualquier costo.
La incertidumbre siempre debe ser tratada con respeto y a menudo esto quiere decir seguir el problema. En la mayoría de los casos este se resuelve por sí mismo o con sólo visitarme más seguido.
Muchos de los médicos jóvenes deberán aprender a abrazar la observación cuidadosa con el tiempo e intervenir sólo cuando sea necesario.

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